#01: Un nuevo comienzo
Queridos amigos,
Iniciamos un nuevo comienzo en esta newsletter. Seguimos peleando a la contra, con la ilusión de compartir con vosotros todo lo que vaya viendo que merezca la pena ser compartido. Novedades literarias, lecturas, poemas, frases, fotografías… es decir, adoptamos un nuevo formato para ir un poco más allá de compartir poemas.
Las obligaciones que tenemos que atender de forma cotidiana ejercen una rígida y pesada inercia. Son la búsqueda y la contemplación de la belleza las que acaban perdiendo. Sea este nuestro pequeño bote salvavidas.
Espero también vuestra colaboración activa. No dejéis de enviarme y recomendarme vuestros mayores descubrimientos y tesoros. Vivir es compartir.
El mejor plan
Nos queda todavía una semana de Feria del Libro de Madrid. La 84ª edición empezó el pasado 30 de mayo y podremos asistir, en el parque del Buen Retiro, hasta el próximo 15 de junio.
Aquí podéis ver dónde y cuándo firmarán los autores, y aquí la programación.
Las novedades literarias
Natalia Litvinova publica en La Bella Varsovia su último poemario: Amarilis. Aquí tenéis un fragmento del libro.
Lorenzo Oliván publica en Papeles del Naúfrago: Fugas de mí mismo. Edición no venal de 120 ejemplares que incluye algún poema inédito del autor.
Eloy Sánchez Rosillo publica en Tusquets el que parece que puede ser su último poemario como poeta (ojalá que no): Venir desde tan lejos. Estoy deseando poder leerlo. Mientras tanto, tenemos este pequeño adelanto.
Aunque esto fue más a principios de año, merece mucho la pena destacar que Luis Antonio de Villena publicó en Visor: Miserable vejez.
Y cerramos las novedades editoriales con este último poemario publicado el 14 de mayo. El escritor ha tenido mucha visibilidad este mes de mayo, tanto por polémica por su exclusión de la RAE como por haberle sido ortorgado el XXXIV Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Hablamos obviamente de Luis Alberto de Cuenca, que publica en Visor: Ala de cisne. Otro poemario que estoy deseando abordar.
La Anécdota
Y siguiendo con Luis Alberto de Cuenca, rescato una anécdota que tal vez muchos de vosotros ya sabíais. Yo me he enterado tirando del hilo en el maravilloso homenaje que le hicieron la semana pasada en ABC Cultural.
Resulta que Luis Alberto es el autor de la letra de la canción Caperucita Feroz, aquella canción tan famosa de la Orquesta Mondragón, que cantaba Javier Gurruchaga y que fue todo un hit.
Por lo visto la inspiración surge al ver la ilustración de Doré, del cuento de Caperucita Roja, de Perrault. Más concretamente del momento del cuento en el que el lobo se disfraza de la abuelita de Caperucita y está en la cama con ella.
La historia se cuenta aquí.
La respuesta
¿Qué es lo más inteligente que se puede hacer en esta vida? Esto fue lo que le preguntó Jesús Quintero a Antonio Gala, y esta fue la respuesta del poeta: “Darle a cada día su propio afán, pero también su propia sonrisa, su propio gozo, su propio color, su propio aroma. Eso es la inteligencia”.
Una respuesta que recuerda el Sermón de la Montaña (Mt 5:1; 7:28).
El momento de la entrevista lo puedes ver aquí.
El poema
Para cerrar la newsletter por todo lo alto, un truco sencillo. Recurrir al maestro Fernando Pessoa y su archiconocido poema: Yo nunca guardé rebaños, firmado por su heterónimo Alberto Caeiro.
Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.
Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.
Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Gracias a todos por vuestra atención.
¡Un abrazo y sigamos disfrutando de la poesía!
Pedro Robledo