#04: En las tardes azules de verano, deambularé por los senderos
En estas tardes azules de verano, estoy deambulando por temas profesionales por las Islas Canarias, motivo por el que esta entrega será algo más breve. En el vuelo de casi tres horas he podido terminar El piar de los pájaros y el goteo del agua que cae del techo. La verdad es que no entendí la poética de Sara Herrera hasta que finalicé el poemario y pude leer su nota final. Y todo cobró sentido.
No tenía a dónde ir y me sobraba el tiempo, así que aproveché para releerme el libro y disfrutarlo desde una perspectiva más cercana a la de la autora. El mismo libro, pero totalmente distinto.
POBREZA FRONTERA ENEMIGO En la radio suenan los bombardeos. Nieva. La mano que te da de comer se parece a una sopa caliente. Si huyes, te matan. Si te quedas, llega el hambre. Las manos cocinan sosteniendo el cucharón, removiendo la sopa: vosotros viviréis peor que vuestros padres. Pobreza frontera enemigo. Mientras suena la radio en casa, en el trozo de tierra donde plantamos esquejes, ha crecido una brecha en la que cabe mi puño.
(El piar de los pájaros y el goteo del agua, Sara Herrera Peralta)
Después, seguía sin tener a dónde ir, y me quedaba todavía algo de tiempo, así que le metí buena mano a Venir desde tan lejos. Recordé entonces que ya había leído El sueño cumplido y La rama verde, y descubrí la suerte que tenía de que Eloy Sánchez Rosillo haya escrito tantos poemarios y yo le haya disfrutado tan poco.
Es este un libro que suena a despedida. Será la edad o será la intención. Pero rezuma melancolía vital.
EDAD AUNQUE el invierno avance por tus años y pretenda ser huésped de tu casa y tus huesos, no te rindas al frío, ignóralo. ¿Es acaso diciembre? No es verdad, no es verdad. Piensa en un día de marzo, y en la rosa temprana que al entreabrirse teme y titubea y no sabe muy bien si atreverse a existir. Zumba la abeja —¿la oyes?—; hoy mismo ha regresado a sus asuntos. Entra ya en ese día, no te resignes a esperar que sea. Míralo y hazlo tuyo (qué limpia esa mañana desde esta lenta tarde que va a menos). Verás la hierba verde brotar de entre las grietas oscuras y torcidas de la edad. Y sabrás que estás vivo.
El avión llegó en hora a su destino. Ya tenía a dónde ir, pero no tenía tiempo.
Un feliz descubrimiento
No he sido de los más rápidos, pero me ha fascinado haber descubierto el podcast que llevaba años buscando por todo internet. Para mí, es el podcast definitivo de poesía. Se trata de La Emboscada. Esta entrega de la newsletter tendrá sentido si pinchas en el enlace y te escuchas unos programas. Si no existiera La Emboscada, habría que crearla.
Se definen como un estado mental, un refugio donde cabe cualquiera. Estoy feliz porque el podcast tiene ya 76 entregas, así que tengo mucho material con el que disfrutar.
En el último episodio, puedes escuchar poesía de Ángel González, el mejor Alfredo Landa (que todos sabemos que es el de J. L. Garci), con el famoso monólogo de la película Las verdes praderas (1979), a Nelson Mandela…
Y el episodio que tienen dedicado a Eloy Sánchez Rosillo, ahora que estoy leyendo su Venir desde tan lejos, es sencillamente una joya.
Una novedad editorial
La publicación de textos inéditos de un autor fallecido hace décadas siempre es interesante. En este caso, hablamos de Charles Bukowski, fallecido en 1994. Se trata de un compendio de libros que publica Anagrama bajo el título: Relatos y ensayos. Y recoge las siguientes obras inéditas en castellano del autor:
Fragmentos de un cuaderno manchado de vino: Relatos y ensayos inéditos (1944-1990).
Ausencia del héroe: Relatos y ensayos inéditos (1946-1992).
La maternidad y el aliento de la ruta: Sobre los escritos y la escritura.
Son casi mil páginas de libro (880, para ser exactos), así que es ideal para leer este verano.
Un plan de verano
El verano empezó oficialmente el pasado sábado 21.
Me despido dejándote un plan ideal para estas fechas, cortesía de aquel poeta francés que dejó la poesía para meterse a traficante de armas. Ganó más dinero con lo segundo que con lo primero. Murió con 37 años. Nadie se acuerda de su pequeña fortuna, pero todos saben quién escribió Una temporada en el infierno.
En las azules tardes de verano, deambularé por los senderos herido por el trigo, pisando la fina hierba: soñador, sentiré el frescor en mis pies, dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda. Ya no hablaré ni pensaré nada: Pero el infinito amor ascenderá en mi alma, e iré lejos, muy lejos, igual que un bohemio, por la Naturaleza - feliz como junto a una mujer.
(Sensación, Arthur Rimbaud).
Sigamos pelando.
Pedro.