#08: 150 años de Antonio Machado
Hoy, 26 de julio de 2025, se cumplen 150 años del nacimiento de Antonio Machado. Es un día para celebrar y para recordar su poética, pero también para preguntarnos ¿Por qué no somos capaces de rendir tributo a los nuestros? Tim Ingold, catedrático emérito de la Universidad de Aberdeen, lanza en su último libro: La cuerda de las generaciones. Repensar la continuidad en tiempos de ruptura (Alianza Editorial) una teoría interesante. A saber: la sociedad esta partida en generaciones bajo una nueva lógica del reemplazo. No sólo no se mezclan, sino que permanecen separadas en entornos estancos subordinadas a cada generación predominante del momento (“Generación Ahora”).
No hace falta recurrir a la antropología académica para saber que desde la modernidad, se han ido disolviendo todos los lazos en un afán de individualizarnos. Lazos familiares, afectivos, locales, y cómo no, los lazos intergeneracionales.
Y claro, luego llega un deber como es el homenajear a uno de los nuestros más ilustres y más notorios de la literatura, y no nos sale. No nos sale porque ni siquiera lo intentamos como se debiera. Con esa miopía moderna, que enfoca la mirada como un rayo láser en el próximo trimestre, pero que se vuelve extremadamente borrosa cuando mira dos tres generaciones hacia delante o hacia detrás.
Pero además, lo nuestro es también torpeza. Porque aunque no tengamos la moral suficiente como para vernos en la obligación del homenaje y el recuerdo, al menos cabría pensar que podríamos ver la oportunidad. No es muy inteligente tapar con paladas de tierra a nuestros mejores activos universales.
Y la cuestión es que prácticamente ni nos hemos enterado de este aniversario. Los medios de comunicación han hecho alguna pieza de homenaje, y se le ha recordado especialmente en Soria y en Andalucía. En Madrid tuvimos una exposición en la RAE: Los Machado. Retrato de familia, pero que duró tan sólo mayo y junio. Tuvo muy poca publicidad. Ahora creo que se puede ver parte en una nueva expo en la Fundación Unicaja de Sevilla: Sevilla y Antonio Machado. 150 aniversario del nacimiento del poeta (1875-2025).
La fecha ha pasado bastante por debajo del radar. Vamos todos con mucha prisa hacia no sabemos muy bien donde, y parar un poco para recordarnos y recordar al mundo que Antonio Machado era uno de los nuestros, se nos antoja más un inconveniente que otra cosa.
Eso sí, le vamos a acuñar 4.000 monedas de plata.
Una lista que da que pensar
Leo en El Cultural la lista de los libros más vendidos de Poesía a fecha del 25 de julio. Se nos puede hacer un traje como país a través de esta lista. Me sorprende mucho, por ejemplo, que el libro más vendido sea la Poesía Completa de Alejandra Pizarnik (Lumen).
Que este libro sea el más vendido, y que lleve en esta lista durante casi tres años, creo que está estrechamente relacionado con que España lidere (junto a Portugal) el consumo de ansiolíticos en Europa. La poesía de Pizarnik es trágica, oscura, tenebrosa… es muy grunge y tal vez su éxito en España simplemente es servir de friega para el alma de un país cada vez más empobrecido.
Otra cosa que sorprende es que no haya más poesía española. Si algo se ha sabido hacer realmente bien en España, ha sido literatura. Y muy especialmente poesía. Esto es así. Está bien tener el Romancero Gitano de Lorca de forma omnipresente en las listas, pero obviamente la poesía española es mucho más que Lorca. Nada aparece del Siglo de Oro, o de la Generación del 27 (salvo el omnipresente Federico).
Afortunadamente, en ese TOP 20 salen Ángel González y Gloria fuertes. Mención especial para Gata Cattana, que nos dejó demasiado pronto. Y una última apreciación: qué difícil es meter novedades editoriales en esta lista. Tan sólo aparecen las de Luis Alberto de Cuenca y Eloy Sánchez Rosillo y en posiciones tan bajas, que otra vez vuelve a decir mucho, para mal, de los españoles como lectores.
50 euros para pasar el verano
¿Cómo sacarle brillo a 50 euros este verano? Pues aquí va mi propuesta personal, para refrescarme con versos más allá de lo que capture en la biblioteca municipal y en mi biblioteca personal:
Ala de cisne, de Luis Alberto de Cuenca (Visor) → 12 €
Saltos de fe, de Marcos Nogales (Adonais) → 10 €
San Sebastián de los Reyes, de Alejandra Arroyo (Ultramarinos) → 15 €
Miserable vejez, de Luis Antonio de Villena (Visor) → 12 €
50 euros no da para mucho más. Las cosas como son. Tengo el ojo echado a la siguiente novedad, calentita del pasado mes de junio.
Novedades literarias
El mes pasado se publicó una antología estupenda que he estado hojeando y que espero que en breve se venga para casa, aunque tenga que estar por encima de esos 50 euros que comentábamos antes.
Se trata de Mil años de poesía española, de Manuel Rico (Crítica). 1.664 páginas de viaje literario que nos enseña los grandes tesoros conocidos y no tan conocidos de nuestra poesía.
Y hablando de grandes tesoros de la poesía, el próximo 6 de noviembre tendremos otra antología que habrá que celebrar. Hablamos de Lo fugitivo permanece, de Francisco de Quevedo (Alianza Editorial). El profesor Cacho (Rodrigo Cacho Casal) realiza esta complicada labor de selección que ocupará 456 páginas en una edición de bolsillo.
Para los más despistados, lo fugitivo permanece hace referencia al último verso (segundo terceto) del famoso soneto titulado: A Roma sepultada en sus ruinas.
¡Oh Roma en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme y solamente
lo fugitivo permanece y dura!
- Francisco de Quevedo.
La oportunidad del verano
¿Quieres publicar con la editorial Pre-Textos? Pues esta puede ser tu oportunidad. Se ha convocado el VII Premio Internacional de Poesía Juan Rejano-Puente Genil que está dotado con un premio de 3.000 euros y la publicación de la obra con nada menos que una de las editoriales de mayor prestigio. Tienes hasta el 21 de septiembre y no hay límite de edad (basta con que tengas más de dieciocho años).
Un poema y nos vamos
RETRATO
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido —ya conocéis mi torpe aliño indumentario—; mas recibí la flecha que me asignò Cupido y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario. Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno; y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. Adoro la hermosura, y en la moderna estética corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; mas no amo los afeites de la actual cosmética ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una. ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada. Converso con el hombre que siempre va conmigo —quien habla solo espera hablar a Dios un día—; mi soliloquio es plática con este buen amigo que me enseñò el secreto de la filantropía. Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. A mi trabajo acudo, con mi dinero pago el traje que me cubre y la mansiòn que habitò, el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. Y cuando llegue el día del último viaje y esté a partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.
(Campos de Castilla, de Antonio Machado).
¡Hasta la próxima semana!