Ahora seremos felices,
cuando nada hay que esperar.
Que caigan las hojas secas,
que nazcan las flores blancas,
¡que más da!
Que brille el sol o que se arpegie
la lluvia sobre el cristal,
que todo sea mentira
o todo sea verdad:
que reine sobre la tierra
la primavera inmortal
o que decline la vida,
qué más da!
Que haya músicas errantes,
¡que más da!
Para qué queremos músicas
si no hay nada que cantar.
(Alegría, de José Hierro. 1947.)