La librería en la colina es un libro escrito por la italiana Alba Donati durante el año de la Covid-19, publicado en italiano en 2021, traducido (Ana Ciurans Ferrándiz) y publicado en España por la editorial Lumen en 2022. Son doscientas veinte páginas a modo de diario personal divididas en seis capítulos, los que van de enero a junio.
Este es el típico libro que hay que meter en una urna de cristal con un cartel que advierta: "Romper en caso de invierno". Está lleno de vida y se contagia desde la primera página. Son muchas historias las que cuenta Alba Donati en una sola, y lo hace con un ritmo trepidante. El libro más que leerse se bebe. En ningún momento se hace pesado o largo. Si te empiezas a acomodar, Alba Donati pega un volantazo y te sorprende; así durante más de doscientas páginas. No en vano la italiana es autora de varios poemarios, y eso se nota en esta que es su primera novela.
La librería en la colina calienta el corazón, porque es la historia de una mujer italiana de cincuenta y muchos años, bien situada en la industria editorial, que un día decide romper con todo para cumplir un sueño imposible: montar una librería en su pueblo natal, Lucignana. Un pequeño pueblo de montaña, aislado, y con una población de tan sólo ciento ochenta habitantes.
Obviamente, a todo el que preguntó le aconsejó encarecidamente que no lo hiciera, que era imposible. Pero no contaban con que Alba Donati era poeta, y los poetas crean sus propios mundos, sus realidades.
La épica de este libro no reposa en que Donati consiga montar la librería en un pueblo de montaña sin población suficiente. Tampoco en el hecho de que tuviera, literalmente, que hacerla renacer de sus cenizas después de sufrir un incendio a los pocos meses. La épica no está en lo que consigue, sino en cómo lo consigue. Esa es una de las grandes lecciones de La librería en la colina. El cómo y el por qué hacemos las cosas son creadoras de sentido. Son el motor de la vida. El cómo y el por qué, por encima de la rentabilidad, la eficacia, los planes de marketing, los estudios de mercado.
Todos pensaron que Alba Donati iba a fracasar vendiendo libros, porque nunca imaginaron que en realidad lo que iba a vender era belleza, cultura, honestidad, orgullo de ser mujer, de ser homosexual, herramientas para conocerse, para encontrar caminos cuando uno es joven, o remedios para los golpes que va dando la vida. Los libros considerados no como un producto comercial o un fin, sino un medio. Todos los que acuden a la librería Sopra la Penna saben que no encontrarán las típicas mesas llenas de novedades editoriales. Sólo los libros que se merecen un sitio. Los que tienen de verdad algo que decir.
El santuario en el que se ha convertido Sopra la Penna es tan sólo el telón de fondo en el que se representan otras muchas historias. Algunas tan duras y honestas como la relación de la autora con su madre, ya en el ocaso de su vida.
Otra cosa fantástica de este libro, es que te lleva a otros títulos maravillosos. Hay varias listas muy interesantes, y cada día Alba Donati cierra su diario con el listado de obras y autores que le encargan a través de la página web. Además, se preocupa mucho de dar visibilidad, espacio y protagonismo a la literatura femenina. Un esfuerzo más de Donati para contribuir a un mundo un poco más justo. Un poco más hermoso. Tan hermoso como su jardín, que utiliza como un expositor más de la librería.
Dicen que abandonar tus sueños es como morirse despacio. Abandonarse a la oscuridad y el frío de lo cotidiano. A veces, no nos queda más remedio que romper con todo y hacer posible lo imposible. Porque es la única forma de seguir vivos. Me remito a la confesión que nos hace la autora en su entrada del diez de junio: "Ahora que el verano ha llegado, con su calma y su delicioso fresco nocturno, me digo todavía más a menudo: «Si no estuviera aquí, me habría muerto»".