DE improviso un cansancio, tan profundo, que hubo sólo el deseo de morir. Salí a la luz, y vi que el triste mundo se afanaba, frenético, en vivir. Es mi destino adverso, y me confundo: Si rescato el vivir, tendré sólo el morir.
(Donde muere la muerte, de Francisco Brines. 2021.)
Hoy me toca entregar nuevo artículo para La Mirada Norte. Como siempre, me pilla el toro y decido ir a lo seguro. Escojo a Benjamín Prado y su último poemario, Paradero desconocido. El rato entrañable, hospitalario, confortable está asegurado. Leer a Benjamín es como tumbarse en un viejo sofá.
Pero hoy toca recordar a Francisco Brines y un maravilloso poema de su póstumo Donde muere la muerte.