Lo único que no nos va a poder quitar nadie
He comenzado el año totalmente comprometido con mis propósitos. Pero no ha podido ser. Ni he hecho deporte, ni he dejado el café, ni he ordenado mi mesa, ni estoy comiendo mejor. Aprender a defraudarse rápido es algo que sólo se aprende con los años.
También he dejado claro y por escrito mis objetivos, porque le tengo mucho respeto a la vida como para no darle entretenimiento y disfrute a mi costa.
Sospecho que sólo existe un objetivo, y por lo tanto, no podemos ni escoger. Como escribió Tim Rice-Oxley: “Trying to make a move just to stay in the game” (Intentando hacer un movimiento tan sólo para permanecer en el juego). Descifrar la mar, para conseguir mantener la nave a flote.
A pesar de todo, siento que 2021 se va a portar muy bien conmigo. Creo que va a ser un año especialmente duro, pero soy un verdadero artista en el arte de hacerme ilusiones a mi medida. Una vez ya defraudado un 2 de enero, sólo me queda ese sentimiento de ilusión arrinconada para ir tirando el resto del año.
Os deseo todo lo mejor para este nuevo año. Pero sobretodo, os deseo que os podáis vestir con la mejor actitud que tengáis en vuestro armario vital, y salgáis a pelearlo.
Eso es lo único que no nos va a poder quitar nadie.
P.d.: Tenéis hoy domingo y mañana lunes en descarga totalmente gratuita mi último poemario que acabo de publicar: Dios ¿sigues ahí? La próxima semana os contaré algunas cosas sobre este libro que espero que os resulten interesantes. Mientras tanto, os dejo con el poema que abre el poemario.
NAUFRAGIO
Me da miedo manchar
el silencio de esta hoja en blanco
envenenarla con mi vida,
violarla con la tristeza de mi trazo.
Navego a la deriva
acosado por olas de realidad.
La desesperación me dicta
y yo escribo.
Mis sueños clavan sus uñas
en este grito de papel,
que empapado,
se ahoga
tímidamente
conmigo.